No paré de entrenar ese año, baje seis kilos sin cambiar mis habitos alimenticios y corría carreras populares de diez kilometros,no hacía falta planearlo ni mirar si el cielo te decía que iba a llover, solo necesitaba una hora para sentirme libre.
De vuelta a España me lesioné , no fué nada grave, pero ya no podía acabar mis entrenamientos como antes.
Tuve que parar porque al entrenar se me empeoró la lesión y ya no podía ni trotar.
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